jueves, 29 de octubre de 2015



Un hombre férrico sabía a sangre,
al parto de su propia madre
a las guerras que formaron Inglaterra
a una niña que lleva un dolor ancestral en la hendidura.

Sus amantes se enteraban
y descansaban con él un rato en bondadosa comprensión...
...y se iban
con hombres que olían a piel y campo recién trabajado,
que besaban con el sabor neutro de un día cansado,
con el encanto de una calidez pura sin aditamentos.

Pero el hombre férrico no podía dejar de manar;
manaba por las calles de ciudades tristes
Por las casas humildes de las orillas
y por los viejos castillos de Europa.
Manaba en los faros de islas solitarias
y por los cuellos de muchachas feas y mustias
entre las uñas de los perros flacos y en sus garrapatas,
manaba en el sueño de un viejo sucio.

A veces se diluía en algún bar
y fluía
a voluntad del sufrimiento de otros cuerpos
y nunca era de sí mismo.


sábado, 21 de marzo de 2015

Nada, nadie, nada, nada

Ésta es mi miseria, Amor. Ten. Aunque no quieras, busco tus manos, anda repartida allá y aquí. En este cuarto todos somos miserables, vivimos la miseria al máximo, como si fuera el último día de nuestras vidas. Entiende. Aquí tienes, te la pongo en la boca, te la escribo. Es más que un rato; es lo que queda cuando me quitan los huesos y la carne, es lo que no es cabello, ojos, sangre... Fuera de eso, soy lo mismo que un perro, que la madera que se pudre a la intemperie. Yo me hice a mí misma, así me hice cuando llegué a cierta edad en la que ya no supe cómo vivir. Tómala, mira cómo se retuerce y cómo espera saltar del cuenco tan chico que formas con la palma y del que aún así es incapaz de escapar.
Ya no tengo nada que ofrecer, Amor. Mira cómo escribo, mira cómo ando, mira cómo finjo de todo. De mí sólo salen heces, lágrimas y orina, porque me compone la suciedad. 
Ahora que ya no tengo nada, pero nada, nada, nada qué ofrecer a nadie, quiero que te quedes de todos modos. 
Con cualquier pregunta me desarmas; ¿qué tienes tú qué ver con eso? Nada, nada, nada y nadie y aún así quiero que te quedes otra vez, infinitas veces.